Coco Chanel

‎"Viste vulgar y solo verán el vestido, viste elegante y verán a la mujer"

martes, 22 de noviembre de 2011

Muerte a Cupido

                    Decía John Lennon que la vida es lo que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes. A veces estamos tan inmersos en nosotros mismos que nos olvidamos del amor. Empezamos relaciones sin estar seguros de que puedan llegar a funcionar, pero poco a poco va pasando el tiempo y llegamos a querer de verdad, y destrozar ilusiones que nosotros mismos hemos creado; al dejar pasar tantos meses donde la comodidad y la felicidad, puede que temporal, nos hacen olvidar que sí podemos querer. Aunque cuando somos conscientes es demasiado tarde. Nos asusta hacer y que nos hagan daño y eso nos resta valentía para poder llenar nuestra vida con otra persona que puede ser o no la adecuada. Pero damos tantas vueltas al pasado y al futuro que nos olvidamos de vivir el presente, de aprovechar la oportunidad que nos brinda el destino de conocer a ese alguien, que hace que nos despertemos con una sonrisa y acostarnos pensando en el o en ella.

Bien es cierto que muchos de nosotros hemos sufrido o hemos destrozado emocionalmente a otras personas, pero no podemos por ello, cerrarnos en banda a conocer a otros o dar oportunidades. Caminamos por la vida con una venda en los ojos con la que miramos pero no vemos. No somos conscientes de que hay muchas personas deseando entrar en nuestras vidas, y personas a las que les importamos de verdad, pero que les cerramos la puerta. A veces esa enciclopedia de bolsillo o de biblioteca con tomos uno, dos y tres de cómo sobrevivir al amor, o la colección de nombres de la A a la Z, y con suerte algún apellido, nos quita esa ilusión por enfrentarnos a nuevas situaciones.

 Enamorarse es ser consciente de que no quieres pasar tu vida sin otra persona que no sea él o ella. No pasa nada si no es la persona, ya que nadie pasa por nuestra vida sin enseñarnos algo nuevo; o hacer mella en nosotros mismos. Lo realmente importante es recoger esas experiencias adquiridas y tropezar las veces que sean necesarias para aprender a querer de verdad. Muchos dicen que el primer amor es el que de verdad importa, pero a veces ese amor se nos presenta en una etapa de inmadurez o novedad  donde nos sumergimos en una burbuja; con banda sonora romántica en la que cuando salimos de ella nos encontramos totalmente destrozados y solos , donde los domingos por la tarde uno se queda sin planes y decide escuchar o ver películas Chick Flick, que Hollywood ha hecho para la ocasión.

Después de una ruptura es fácil caer en una etapa de misandria o, por el contrario sumergirse en un círculo superfluo de rollos de una noche, tal y como se relató en el ensayo de las panteras, donde solo queremos sentirnos superiores al sexo opuesto. De este modo creamos una envoltura fría para no volver a ser un punto y a parte en la vida de alguien, ya que como sucede hoy en día es realmente triste conocer la vida de una persona con la que compartiste más de un café, una lágrima o secretos inconfesables, por redes sociales. Todo esto nos hace convertirnos en unos auténticos escépticos en  el amor. Y esto se traduce en odiar o hacer creer que odiamos el catorce de febrero, las baladas de amor y las rosas rojas cada mes.



Por último, he de decir que en mi opinión no creo que todos tenemos como algunos llaman una media naranja que de vez en cuando nos sale rana. Si bien por ello tenemos que vivir bajo la angustia de encontrarlo, ya que como decía mi madre cuando lo encuentres lo sabrás. Y una vez que lo encontramos, tenemos que cuidar el noviazgo alimentando la ILUSIÓN ayudando a la CONFIANZA y basándonos siempre en el RESPETO, que en mi opinión es la receta para que una relación hoy en día pueda funcionar.






























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